NUEVO BLOG: http://www.petitsmileinparis.blogspot.com/
Espero que os guste.
tu frase preferida ♥
jueves, 15 de septiembre de 2011
lunes, 18 de abril de 2011
puntos suspensivos
Lo reconozco, soy torpe y a veces se me olvida que no tengo que complacer a nadie. A veces se me olvida que soy persona y merezco lo mismo que los demás, y a veces se me olvida un poco ese "Sé egoísta" y ese "Aprende a decir no". Vale, pero soy así. Estoy hecha así. La madera no puede cambiar a plástico así por así (Aunque dudo que se pueda de alguna forma). He decidido no pedir perdón ni decir gracias. He decidido ser yo, me miren como me miren y se pongan como se pongan.
viernes, 15 de abril de 2011
mira la vida ...
Cuando naces, todos a tu alrededor ríen y tú lloras; vive la vida de manera que cuando mueras, seas tú quien rías y todos a tu alrededor lloren :)
miércoles, 13 de abril de 2011
como tardes de domingo.
Porque nos ponemos una mascara para aparentar ser fuertes cuando no lo somos??
Pensamos que podemos con todo lo que venga pero … porque nos intentamos engañar??
Solo somos verdaderamente fuertes cuando asimilamos el dolor y lo digerimos, cuando afrontamos el problema con la cabeza bien alta, cuando aunque fracasemos no pasa nada porque no siempre todo tiene que salir bien, porque tal vez gracias a eso nos hace ser mejores y aprender cosas que quizás nunca supiste que podías superar.
Nos disfrazamos de algo que no somos y disimulamos. Salimos a la calle con una gran sonrisa en la cara cuando por dentro estamos destrozados; le hacemos ver al mundo que todo va bien, encontramos cualquier excusa para distraernos y no pensar.
Hay veces que esa no es la mejor solución. No puedes más, necesitas ser fuerte quitarte la máscara que tanto tiempo has estado llevando. Esto supone tener un día triste, un domingo donde le das vuelta a todas las cosas de tu vida, donde reflexionas, piensas, odias y echas de menos.
Te tumbas en la cama, te pones la música y lloras; lloras todo lo que puedes hasta que no te quedan fuerzas.
Y qué pasa si lloras?? Está claro que no es la mejor forma de solucionar las cosas, pero te aseguro que no te hace menos fuerte… te hace ser persona.
Tal vez deberíamos tomarnos la vida de otra manera y recordar de vez en cuando. Aunque esto nos haga llorar; porque yo me pregunto: “un recuerdo es algo que se tiene ... o algo que se ha perdido”??
domingo, 10 de abril de 2011
Es preferible no hacer nada y ser feliz, a hacer algo que no me gusta.
He pasado muchos años intentando parecerme a la idea que tienen los demás sobre la perfección y aun no siento que yo soy lo bastante buena para él.
martes, 5 de abril de 2011
porque a veces las cosas no salen como uno quiere.
A veces es un momento, un recuerdo y todo parece clarísimo; y con gran sencillez la vida te deja claro donde te has equivocado. Solo tú puedes decidir qué hacer con TU vida.
Era un jueves cuando todo terminó o mejor dicho cuando EMPEZÓ.
jueves, 31 de marzo de 2011
por si algún día regresas ...
Ahora que me acuerdo, te dejé mi compañía plegada en el cajón de las camisetas bonitas. Mi mejor sonrisa está colgada junto a tu esmoquin. Los abrazos rotos creo que están en el cajón de las corbatas. Las miradas de reojo se perdieron en el espejo de la entrada, ese en el que siempre te mirabas para peinarte, antes de guiñarme el ojo y salir por la puerta, ya de buena mañana. Los paseos por Hyde Park los guardé en el zapatero. Las fotografías, están todas colgadas por la habitación. No las quites. Nunca. Son obras de arte, como tú.
Las caras de sueño están junto al amargo café de las 6 p.m. Perdóname porque nunca me acordaba de apagar ni la cafetera, ni la luz de tu presencia en toda aquella oscuridad. Cuánto te echo de menos...
Ojalá algún día recibas el valor que tanto me faltó. Lo escondí entre todas esas cartas sin destinatario que escribía por las noches, cuando me encerraba en la habitación, sola. Tan cerca, y sin embargo tan lejos.
Todas las palabras que debí decirte, todas, están por el suelo del salón, desperdigadas, como las piezas de aquel puzle que intentamos montar, sin resultado. No nos dimos cuenta de que éramos nosotros los que no encajábamos en ese marco de homogeneidad. Ése fue nuestro problema. Somos tan diferentes...
No me olvido de tus consejos, de tus ánimos y de tu optimismo. Están congelados, en la nevera, al lado de la mantequilla de cacahuete, que tampoco tiene fecha de caducidad.
Las noches en vela, leyendo, hablando y jugando al póker. En el jardín, junto al rosal que creció igual que creció aquello que nos unió. Aquello que nos quemaba la piel, que nos ardía en las venas de la conciencia de la misma manera que ardían nuestras penas en la chimenea del comedor, cada vez que estábamos juntos.
Los grises días de lluvia, están todos entre las letras binarias del periódico que comprabas todas las tardes. Las tardes que llenabas de puro colorido, ése que inunda cada cuadro del pasillo.
Las canciones, tu voz, todavía resuenan entre las cuerdas de tu guitarra. Siempre tocabas mientras escribía, para que fuese literatura melódica.
Los besos evaporados deben respirarse por toda la casa. Igual que yo te respiraba cada día, 24 veces por minuto. Minutos, segundos, horas. Cuanto tiempo compartimos. Todavía hoy me entorpece las manecillas del corazón.
Todo me lo dejé allí. En ese mismo ático de la calle Talbot, paralela al famoso barrio de Portobello.
Incluso mi misma persona, mi verdadero yo, después de correr miles de kilómetros, después de huir tan lejos, de querer escapar de mi propio deseo... sigue allí, contigo."
Las caras de sueño están junto al amargo café de las 6 p.m. Perdóname porque nunca me acordaba de apagar ni la cafetera, ni la luz de tu presencia en toda aquella oscuridad. Cuánto te echo de menos...
Ojalá algún día recibas el valor que tanto me faltó. Lo escondí entre todas esas cartas sin destinatario que escribía por las noches, cuando me encerraba en la habitación, sola. Tan cerca, y sin embargo tan lejos.
Todas las palabras que debí decirte, todas, están por el suelo del salón, desperdigadas, como las piezas de aquel puzle que intentamos montar, sin resultado. No nos dimos cuenta de que éramos nosotros los que no encajábamos en ese marco de homogeneidad. Ése fue nuestro problema. Somos tan diferentes...
No me olvido de tus consejos, de tus ánimos y de tu optimismo. Están congelados, en la nevera, al lado de la mantequilla de cacahuete, que tampoco tiene fecha de caducidad.
Las noches en vela, leyendo, hablando y jugando al póker. En el jardín, junto al rosal que creció igual que creció aquello que nos unió. Aquello que nos quemaba la piel, que nos ardía en las venas de la conciencia de la misma manera que ardían nuestras penas en la chimenea del comedor, cada vez que estábamos juntos.
Los grises días de lluvia, están todos entre las letras binarias del periódico que comprabas todas las tardes. Las tardes que llenabas de puro colorido, ése que inunda cada cuadro del pasillo.
Las canciones, tu voz, todavía resuenan entre las cuerdas de tu guitarra. Siempre tocabas mientras escribía, para que fuese literatura melódica.
Los besos evaporados deben respirarse por toda la casa. Igual que yo te respiraba cada día, 24 veces por minuto. Minutos, segundos, horas. Cuanto tiempo compartimos. Todavía hoy me entorpece las manecillas del corazón.
Todo me lo dejé allí. En ese mismo ático de la calle Talbot, paralela al famoso barrio de Portobello.
Incluso mi misma persona, mi verdadero yo, después de correr miles de kilómetros, después de huir tan lejos, de querer escapar de mi propio deseo... sigue allí, contigo."
Suscribirse a:
Entradas (Atom)